Esta será la cuarta película del fancés Fred Cavayé, que ha dedicado su carrera al thriller y en esta ocasión se ha atrevido con una comedia.
La película nos cuenta la historia de François Gautier, el primer violinista de la orquesta local. Su mayor rasgo es que es un tacaño. Tanto que incluso se cronometra en la ducha, mide el papel de baño, se aprovecha de las farolas para iluminar su casa y no tener que encender ninguna bombilla, e incluso utiliza unos prismáticos para ver la tele del vecino.
Dos mujeres entran en su vida: una dice ser su hija y la otra está enamorada de él, pero ninguna le conoce realmente, y las dos tienen una idea equivocada de él, que intentará mantener tanto tiempo como pueda.